No hace mucho tiempo en un lugar no muy lejano, existía una finca en cuyo interior albergaba un hermoso lagar...
Así se podría iniciar la historia que acompañe a las fotos de hoy, una historia pasada que queda marcada en nuestro pueblo y sus gentes, con pruebas fehacientes de su existencia.
No hace mucho tiempo en una finca cercana a Cartaojal, existía el lagar que vio nacer al vino Cartojal.
Entre mis recuerdos de infancia vienen a mi mala memoria, imágenes del lagar en funcionamiento. Seguramente procedentes de alguna que otra excursión educativa del colegio. Podría tener sobre 6 años y los recuerdos son muy vagos, eso sí, me acuerdo perfectamente de como vaciaban la uva sobre unas maquinarias que giraban, situadas bajo suelo, y como nos explicaban el proceso que estas realizaban, que no era otro que triturar la uva recolectada.
También recuerdo las viñas plantadas delante de la finca.
Según lo que cuentan las personas que vivieron aquella época dorada de Cartaojal, la vendimia y con ella el lagar, daba trabajo a muchas familias del pueblo. También afirman que el vino se llama Cartojal por un error de imprenta y que fue debido a un desacuerdo económico con los propietarios de la marca, López Hermanos, el motivo por el cual el vino dejó de realizarse en nuestro pueblo.
Hoy, estas majestuosas máquinas, se alzan a cada lado del camino trasero de entrada a la finca Peña Jaime. El vino... se sigue paladeando en fiestas populares.
LA CIGARRA
Canta tu estrofa, cálida cigarra,
y baile al son de tu cantar la mosca,
que ya la sierpe en el zarzal se enrosca
y lacia extiende su verdor la parra.
Desde la yedra que a la vid se agarra
y en su cortina espléndida te embosca,
recuerda el caño de la fuente tosca
y el fresco muro de la limpia jarra.
No consientan tus élitros fatiga,
canta del campo el productivo costo,
ebria de sol y del trabajo amiga.
Canta y excita al inflamado agosto
a dar el grano de la rubia espiga
y el chorro turbio del ardiente mosto.
Salvador rueda.
Cantos de la Vendimia